Corría el año 1952 y en la Ciudad de La Plata -al igual que en el país-, los clásicos existían tanto a nivel futbolístico como a nivel político, siendo éste último uno de los principales artífices al desmantelamiento de un gran equipo de épocas difíciles que continuaba con el legado de los profesores, aún frente a la adversidad impuesta por los árbitros ingleses de la época y los clubes monopólicos que ya existían.
Según información encontrada en los archivos y sobre todo, aquella brindada por apóstoles pinchas de la época, dirigentes gremialistas de turno intentaron acceder a la Comisión Directiva Pincha sin tener éxito.
En ese año, se había lanzado la impresión de un libro plenamente político cuya autora era Evita - “La razón de mi vida” – y el cual fue utilizado como chivo expiatorio para la intervención del club de la plata, ya que en un operativo muy sui generis en el que no actuó la justicia sino justamente el gremio que no había podido insertarse en la comisión pincha, denunciaban que el club tenía escondidos 20000 ejemplares y que se negaba a repartirlos.
En ese año, se había lanzado la impresión de un libro plenamente político cuya autora era Evita - “La razón de mi vida” – y el cual fue utilizado como chivo expiatorio para la intervención del club de la plata, ya que en un operativo muy sui generis en el que no actuó la justicia sino justamente el gremio que no había podido insertarse en la comisión pincha, denunciaban que el club tenía escondidos 20000 ejemplares y que se negaba a repartirlos.
Tal fue la trascendencia del hecho que se generó una importante rebelión en la Ciudad, la cual tuvo como desenlace la renuncia obligada de la Comisión, quien dicho sea de paso continuó reuniéndose –aunque de forma clandestina- en las instalaciones del club Everton.Continuaron sucediéndose hechos ajenos a la historia de estudiantes, entre los cuales se destacaron huelgas, negación de jugadores a la selección nacional, presentación de la tercera como equipo titular, etc. acentuándose entre ellos la venta de cuatro de sus principales futbolistas (Ogando, Giosa, Pelegrina e Infante) en una suma irrisoria al club Huracán, prácticamente una donación!.Ya en el año 1953 y como consecuencia del fatídico año que había pasado el club, el Pincha desciende a la Segunda categoría del Fútbol Argentino por primera vez en su historia, aunque el paso por ésta fue relámpago ya que a pesar de los inconvenientes con el poder político en sólo un año el club se restableció institucionalmente y Estudiantes volvió a Primera División al consagrarse campeón del principal torneo de ascenso de 1954 (19 victorias, 8 empates y 7 derrotas), contando en dicho certamen nuevamente con las figuras cedidas a huracán y que habían regresado al león para devolverlo al lugar que nunca debería haber dejado, teniendo nuevamente al Payo Manuel Pelegrina como máximo goleador.